Teníamos que pintarlo, hacer unas reparaciones y limpiarlo antes de mudarnos allá.

La pintura parece maravillosa, con colores exóticos que son insólitos en Bolivia. Por eso, el pintor era reacio a usar los colores que seleccionamos, pero hizo un buen trabajo y logró la apariencia en que habíamos pensado. ¡Ahora él quiere pintar su casa con estos mismos colores!


No tenemos muebles. Pero era fantástico la primera noche dormirse en nuestro propio hogar en un colchón colocado sobre el piso con nuestros propios manta eléctrica, neozelandés ‘woolrest’, sábanas de algodón de mil hilos, y edredón nórdico. Puesto que no habíamos usado estas cosas por seis meses, era puro lujo.

Era fascinante observar cómo se montó el colchón. Una fábrica de colchón boliviano es muy interesante, y no digo más. Cuando venga para visitar Bolivia, le mostraremos todas las industrias caseras en Tarija.
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