
Pero una tragedia nos esperaba… No había café en Tupiza. Bueno, no de la clase que deseábamos tomar. ¿Puede creerlo? Los que nos conocen se darán cuenta de que era la tragedia definitiva.
Para compensar eso, y tratar con la falta de cafeína y el
subsiguiente dolor de cabeza, ¡teníamos que desayunar con chocolate y Coca Cola!
Tal como usted esperaría, siendo parte del ‘La senda de gringos’, Tupiza tiene varios restaurantes que atienden a los turistas. Pero aparte de eso, no hay buenas noticias.
La primera noche, la taberna italiano no tenía casi nada de la supuesta colección de cerveza. Cuando por fin se nos presentó una, era una botella cerrada y sin copas. What’s up with that!
El día siguiente, deseábamos almorzar pastas alimenticias, entonces fuimos a otro restaurante de copión. Pronto descubrimos que no podían preparar ninguna de las pastas ni las pizzas del menú, entonces nos conformamos con una hamburguesa, lo cual no era nada parecida a lo que nos había prometido el menú.
Por la noche visitamos otro restaurante de copión, y sí podían hacer la pizza, pero no la Tequila Sunrise que ordenamos del exhaustivo menú de bebidas. De ahí que optamos por Margaritas y Piña Coladas. Eso apaciguó la decepción que sentimos.

Fuimos al de a lado, pero como era de prever, tampoco podían hacer el capuchino pues se descompuso la cafetera y el expreso que Martin ordenó ni era nada semejante.

Si usted va a donde Tupiza, lo cual tiene bellos paisajes, nuestro consejo es ‘¡lleve su propio almuerzo’! Y debe recordar que “There’s no coffee in Tupiza!”
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