Llevando un gato por el autobús

Una amiga se mudaba a otro ciudad y quería llevar consigo a su gato en el autobús a donde su nuevo hogar.

El problema era que muchos son muy supersticiosos, entonces le dijo el conductor: “No se puede llevar al gato, ya que traerá mala suerte.”

¿Qué haría?
Pues, se cree que trae buena suerte dar a un moreno un pellizco. ¡Y resulta que su esposo es moreno! De modo que el conductor le dijo que ella podía llevar su gato con tal de que los pasajeros pudieran dar a su esposo un pellizco.

Ella consintió gozosamente y llevó a su gato consigo. ¡Y todos dieron a su esposo un pellizco!

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